jueves, 6 de octubre de 2011

Querido Jose Maria

Hay días en que todo parece gris, más bien, opaco.
Hay días en que las personas nos saben hoscas, molestas y distantes.
Hay días en que te sientes solo, un triste con profesión de feliz.
Hay días en que, simplemente, el cielo está más gris que de costumbre.

Pues, te digo algo, sonríe.

La sonrisa anima corazones,
alivia dolores,
acepta compañía
e invita a más sonrisas.

Si la vida te parece aburrida, es porque tu eres aburrido y no haces nada para cambiarlo.

No seas monótono: innova. Haz eso que siempre has querido hacer. Arriésgate a hacer lo que amas por el simple hecho que te hace feliz; no te preocupes, el éxito vendrá.

Sal en bicicleta, camina un poco, conversa con tus padres. No lo mires así y trata de conocerlo primero. Admite que te equivocas y sea feliz por hacerlo, que así se aprende bastante.

No temas el fracaso.

Planta un árbol, o un simple frejol envuelto en algodón: aprende a dar vida. Canta fuerte, grita, aprende algún instrumento o has sonido golpeando la mesa. La música despoja al alma y la libera.

Cree que todo es posible, que cada error nos acerca más a la meta. Disfruta del camino y no te quedes tirado, levántate. Si vas acompañado, disfruta de la buena compañía y aprendan uno del otro; si vas solo, disfruta de la soledad, del pensamiento y de lo que te rodea.

Acuérdate que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento opcional. No te lamentes, mejora.

Nunca dejes de soñar, pero no te olvides del HACER. Y si haces, no te olvides nunca del SUEÑO.

Ama y se amado. Perdona y serás perdonado. Olvida y encontrarás. Se un instrumento de paz, pequeño.

Que la luz que irradies no ciegue, que sea cálida y de esperanza. Confía en los demás también.

Si te parece muy largo hasta acá, deja de leer; pero te recomiendo que sigas.

Si algo te parece malo, acuérdate que para todos no es lo mismo. Aprende a asombrarte y a dudar. No tengas miedo, eso hará más fuerte tus convicciones, crecerás.

Aliméntate bien, aprende sobre nutrición y lee un buen libro de vez en cuando. Escribe poesía y tararea cuando estés triste.

Aprende a reírte de tonterías, se feliz, "payaso" no, feliz.

Arriésgate, pero acuérdate que no es lo mismo que decir apúrate. La paciencia hace al maestro.

Juega siempre lo que solías jugar de pequeño: mundo, charada o escondidas. No pierdas el alma pura de un niño, la inocencia de este, y su certeza de que lo imposible no existe.

Sé tu mismo en toda circunstancia. Acuérdate que ser honesto es ser revolucionario. Y que la mejor revolución es la educación. Nunca dejes de aprender algo nuevo que, sino, comenzarás a envejecer.

Busca a amigos antiguos, diles que los quieres. No los hagas sentir mal, ni solos, ni menos que tu. El simple hecho de decir "te quiero" o preguntar "¿como estas?" puede salvar vidas.

Crea. Haz alguna manualidad, construye juguetes o adornos, no dejes que tu imaginación se atrofie.

Discute (en buen plan), expón tus ideas y aprovecha las críticas constructivas. Aprende a expresarte y así no herirás a los demás.

Finalmente, acuérdate que tu eres quien quieres ser.

Eres el capitán de tu alma.

El dueño de tu destino.

Sonríe.

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