sábado, 15 de octubre de 2011

Dime como te vistes... y te dire quien eres.

Como nunca, hoy día me puse a ver televisión. Es muy raro que me siente delante de esta cajita para ver algún programa. Mientras pensaba en esto, recordaba las estadísticas que aseguran que la mayoría de nuestra vida la pasamos delante de este aparato. Es muy cierto, pero si quieres hablar de una verdadera perdida de tiempo, solamente me debo referir a la ropa y el tiempo que toman en elegirla.

Para mí, la ropa no tiene mucha importancia. La moda, no rige mi vida ni me preocupo por ella; pero, la mayoría de seres humanos parecen esclavos de esta. Veamos cuantas horas le dedican las mujeres en centros comerciales como Ripley o Do it (espero que se escriba así). Desesperadas, van de un lado a otro deteniéndose en cada insignificante vestido, zapato, falda, pantalón, tanga, hilo dental, pañuelo o lente que se le cruce en el camino. Uno por otro y otro, van desfilando por encima de sus cuerpos durante unas cuantas horas aproximadamente. Lo peor de todo, es que muy pocas son las mujeres que deciden comprar algo.

Dime como te vistes y te diré quien eres. Tratamos de aparentar quizás más dinero, o imitar a algún personaje conocido. Particularmente, me dan risa las personas –sobretodo hombres- que intentar vestirse como reguetoneros. Es gracioso y me causa curiosidad saber como les es posible caminar con pantalones tan holgados y que no permiten que se vean sus pies. Los polos XL o L son sus favoritos, aún así ellos no lleguen al metro cincuenta. Y que decir de sus grandes relojes, cuando apuesto que ni si quiera lo consultan cuando lo necesitan. Pañuelos y lentes son opcionales. Esto llega muy lejos cuando los escuchas hablar: si puedes entender por lo menos una oración, siéntete realizado.

Seguidamente, tenemos a las mujeres en los quinceañeros. Me sorprende la versatilidad que tienen para cambiar de vestido cada oportunidad. Y si les preguntas el porqué, te dan una respuesta que es explicable: ya me han visto con este vestido antes. Analicemos. Si, en el periodo que existe entre dos quinceañeros, alguna persona se percata que tú (entre los 200 invitados) llevaste el mismo vestido la anterior fiesta (unos 200 invitados más y a la cuál muy probablemente esa persona no halla ido) es motivo para que esta persona, que quizás nunca en tu vida cruces palabra, te considere sin dinero, fuera de moda o antisocial; en otras palabras, estas out. Entendible.

Me parece que hemos llegado a un punto de exageración. Nos hemos vuelto súbditos de la moda y hemos creado una psicosis colectiva, pensando que el vestirse mal es sinónimo de ser mala persona. La ropa fue inventada para protegernos del frío. Usa con lo que te sientas a gusto, si no tienes nada nuevo, no te preocupes, de todas maneras, vinimos desnudos al mundo.

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