jueves, 22 de septiembre de 2011

Iber- un prefijo vicioso

Me encuentro en el aeropuerto de Madrid, el Barajas es un aeropuerto inmenso hasta se tiene que tomar un tren para llegar a la puerta de ingreso al avión.

Empecé en Lima abordando mí avión con 1 hora de anticipación por mala suerte he viajado solo y por esta razón me acompañaron otros menores y algunos demasiados cortos de edad esto les explicara que conté con una serie de amplios problemas en un viaje de América a Europa incluyendo: hambre, sueño, regaños de las mucamas y otras calamidades.

Hice énfasis en este tema ya que las mucamas españolas son muy desagradables y en cierto caso ofensivas.

Ahora me encuentro en el Barajas en una sala llena de mesas y sillas de colores, de individuos de todo tipo, una serie de adultos que no me dejan salir a comprar una Fanta de limón y un par de chicas atractivas. A eso se reduce esta habitación donde pasare las siguientes 5 horas. Cada momento es una energía mas para mi barra de aburrimiento, pero mi sensatez prevalecerá como lo ha hecho siempre. He jugado mucho al casino, al Cuatro en raya y jugué un par de partidas de ajedrez, el día no se ha puesto tan aburrido. Conocí a mucha gente y ya me han llamado para abordar el siguiente vuelo a Barcelona.

Llegue a la puerta, fui el primero en ingresar al avión por mi minoría de edad, junto con un guardia de seguridad, todas las mucamas me saludaron, luego me preguntaron mi nombre y me guiaron hacia mi sitio, espero que hayan contado con que yo podía llegar solo estoy sentado en el pasillo a mi izquierda está sentado un hombre que lee:”La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”. Yo me siento en mi butaca a leer “el túnel” y finalmente anuncian el aterrizaje, llegue, me acompaña una azafata de iberia algo mayor (unos 67 años) y me deja ahí, con mi madre y mi tía Rose. Todo ha acabado, es el inicio de una nueva parte de mi vida de solo 13 años de existencia, el camino es largo.

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